Salta / Argentina – En entrevista exclusiva para el programa LaColumnaNOA @, TV2Salta, Omar Torres, el ex gendarme que fue testigo de la tortura y los crímenes de Lesa Humanidad, durante la última dictadura militar, contó cómo vivió una de las épocas más oscuras de la Argentina, y cómo existió un plan preparado para desaparecer a los miembros de la fuerza que fueron testigos del destino final de los detenidos desaparecidos.
“La derecha quiere ir ganando espacio y hacer ver a la sociedad, de lo que fueron capaces”, afirmó Torres y agregó que los genocidas “son asesinos y no van a cambiar, estando afuera o adentro del poder. Van a seguir siendo lo mismo”.
Omar Torres contó además, que cuando ocurrió la guerra de Malvinas, llevaron a todos los efectivos que habían sido asignados a los centros de detenciones. “Yo no pude ir, porque estaba en La Quiaca en ese momento, pero ya estaba previsto el relevo, porque debíamos ir todos. Ellos querían borrarnos para que ninguno pudiera contar lo que habían hecho. Así muchos de los que estuvieron en esos centros murieron”, relató.
El ex gendarme criticó también la actitud de Alfredo Olmedo en un medio de comunicación local, cuando destacó la figura de Antonio Domingo Bussi. “Fue semejante asesino, yo lo he visto, matando gente y no solo él, sino toda la cúpula que había con ellos. Él los hacía participar a todos. Después me vengo a enterar que la candidata de Milei a vicepresidenta prometió liberar a todos los genocidas. Podrá liberarlos, pero el pueblo no va a olvidar lo asesinos que fueron”, indicó.
El testimonio del ex gendarme en el juicio a las Juntas (1985) , contribuyó a esclarecer información respecto a los tormentos a los que fueron sometidos los detenidos en los Centros Clandestinos de Detención y posteriormente permitió delimitar zonas donde podrían haber sido depositados los cuerpos de las personas secuestradas.
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Omar E. Torres fue Suboficial de la Gendarmería Nacional entre mayo de 1975 y diciembre de 1982. En 1976 y 1977 tuvo destino en un destacamento móvil (que dependía del Primer Cuerpo de Ejército) con asiento en Campo de Mayo. Desde ese destino, el destacamento al que pertenecía era trasladado cada tres meses y por el lapso de 45 días, al “Arsenal Miguel de Azcuénaga” de Tucumán. Allí fue testigo del cautiverio de secuestrados, las torturas y las ejecuciones comandadas por el entonces Gobernador de esa provincia, General Antonio Domingo Bussi.
TESTIMONIO EN EL JUICIO A LAS JUNTAS – 1985