Salta - Argentina: jueves 04 de julio 2024 05:00 hs.

Milei, un viejo modelo para destruir un país

Milei, un viejo modelo para destruir un país

Salta / Argentina – Por Félix González Bonorino.

Observo los restos de la iglesia en memoria del Kaiser Guillermo, en Berlín. Los alemanes conservaron está iglesia tal como quedó al finalizar la 2a Guerra Mundial, destruida. Una manera de recordar los efectos de mesianicos trasnochados.

Alemania fue arrasada. Hasta los cimientos.

El caldo de cultivo fue una crisis económica recurrente y profunda en el marco de una posguerra, la Primera Guerra Mundial, que condenó a la Nación a una deuda impagable. A una inflación insufrible.

La campaña se montó sobre un enemigo, el pueblo judío, instalándolo en el imaginario colectivo con escasos recursos discursivos y mensajes muy efectistas plagados de falsedades.

El otro enemigo fue el comunismo, fuertemente vinculado a los judíos por Adolf Hitler en cada discurso.

Una clase media venida a menos que añoraba un pasado más imaginario que real, sobre una supuesta bonanza que habría existido, sobre todo en reconstrucciones históricas románticas. La post verdad hacía su camino.

Un desánimo social que en lugar de exigir reformas progresivas, empujó al poder a supuestos cambios revolucionarios de la mano de iluminados. Falsos profetas. Un salto al vacío.

Observo los restos de la iglesia en memoria del Kaiser Guillermo, en Berlín. Y no puedo separarlo de otras imágenes de iluminados del presente.

Para Zelensky, en Ucrania, los rusos del Dombast son sus enemigos, la OTAN promete un futuro de grandeza.¿En serio? Sangre y fuego por ahora. Cómo siempre.

Del otro lado Putin no se aleja del patrón ideológico. La OTAN es el enemigo que utiliza a Ucrania como instrumento. Zelensky es el dictador nazi necesario para aglutinar las voluntades de los rusos. Decenas de miles de muertos. Otras bombas como las que destruyeron aquella iglesia.

¿Y por casa?

Por casa ya tenemos un iluminado con un enemigo construido sobre prejuicios gigantescos: la casta.

Y una ideología a combatir: el comunismo

Un pasado a recuperar, el de 1910, el del centenario, el del mito de tirar manteca al techo. Un país con 70% de pobres y 60% de analfabetos. La manteca al techo de la oligarquía se «batía» sobre el lomo de los humildes. La pretensión de haber sido la octava potencia mundial es una mentira grosera, mal que nos pese.

La deuda impagable se heredó de otro gobierno irracional. La magia de soluciones imposibles se construye sobre la credulidad de una sociedad que evalúa que es valido alcanzar la libertad perdiendo derechos conquistados, entre otros, el derecho a contar con un estado que te respalde cuando la mala racha llega. Porque llega.

La casta que nos presenta es de una heterogeneidad que la hace difícil de restringir, aglutinar. Y entonces, puede rodearse de quienes dice combatir, cómo si hubiera una «casta buena», aceptable.

Para Milei los comunistas son todos los que no piensan como él, un modelo sectario, que por ahora aparenta no tener connotaciones racistas. Tan sectario que tildó de comunista a Larreta

El caldo de cultivo armado con deuda, inflación, desánimo social, enemigos/chivos emisarios, etc. está a punto caramelo, una propuesta de retorno a las glorias pasadas que nunca existieron y una solución mágica para cada problema que a fuerza de presión mediática, logra pasar la barrera de la autodefensa más sencilla, aquella que dice que cuando un animal tiene 4 patas, relincha, tiene el pelo liso, debe ser un caballo, no pierdas el tiempo pensando en cebras.

No estoy diciendo que Milei sea Hitler, sino que se están dando las condiciones materiales, filosóficas y sociológicas para parir un ciclo parecido.

Un mesiánico trasnochado llevó a Alemania a qué no quede piedra sobre piedra.

Ahora es el momento de identificar las cosas por lo que son, no lo que queremos que sea, antes de contemplar el derrumbe final, frente a frente, cómo yo contemplo ahora, está iglesia bombardeada.

(Fuente: Félix González Bonorino)

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