Salta - Argentina: sábado 05 de octubre 2024 15:19 hs.

El votante del ultraderechista Milei compró un pasaje a la Nada.

El votante del ultraderechista Milei compró un pasaje a la Nada.

Salta / Argentina (Por Gaston Espeche(1).- Yo creo que debemos dedicarle un tiempito al nuevo (no tan nuevo en el mundo) fenómeno de la ultraderecha encarnada en Milei y compañía en nuestro país, la Argentina. En especial, tras las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias, el pasado 13 de agosto en diversas escuelas del territorio nacional ¿Serán las escuelas públicas algo del pasado? (para la respuesta lean la próxima nota dónde más sino en ColumnaNoa.com). Pero ahora vamos a tratar el tema de las autolaceraciones, automutilaciones, intentos de suicidio, etc, etc, etc, de manera explícita. Pequeña advertencia.

Imagínense una persona gigante, que tiene un montón de brazos, piernas, cuya cabeza es está constituida por 46 millones y pico de cerebros, de los cuales 13 millones están edad de votar. Imagínense, diría John Lennon, todo esa gente bajo un mismo techo, sin nacionalidades ni países, viviendo el día. Viviendo el día a día en la selva del libre mercado, sin identificaciones de carácter nacional o patrio, y bajo un mismo techo que sería la suela de una bota (o un zapato) sobre nuestras caras. No les suena a algo conocido ¡Esto es una forma perversa de lo que propone la política de Javier Milei¡ No puede ser más perverso, y bueno este es el futuro al que apostaron el 30% de los argentinos. Nadie puede decir que la situación actual es favorable para este titán de millones cabezas y estómagos mal alimentados. Está adormilado, cansado, inseguro, no sabe si al otro día tendrá o no alimento sobre su mesa. Una noche desde una parte de su cuerpo, pequeñas voces que no lo dejan en paz, le gritan al oído “¡Hay que romper todo!” “¡Qué puede ser peor que esto!”. Al principio, descreído, no les da mucha importancia porque el número es menor, pero el volumen in crescendo agita: “¡Abajo el gobierno!”, “¡Cárcel o Bala!”.
Al punto que en los días siguientes, este pobre grandote retoma sus actividades cada vez más embroncado, molesto, descontento con su vida. Estas voces son los millones de argentinos que votaron a La Libertad Avanza, pero más en particular a Javier Milei. Esa persona votante siente un malestar terrible, quiere dejar de pensar y actuar. Se encuentra en total angustia.
En la primera mitad del siglo XX, cuando las teorías psicoanalíticas comenzaron a difundirse en Francia, se volvió corriente emplear la expresión “pasaje al acto” para traducir el término freudiano “Agieren”; es decir, como sinónimo del “acting out” inglés. Pero Lacan, a principios de los sesenta, propuso una diferenciación entre estos dos conceptos y expresiones. Aunque ambos resultan ser últimos recursos contra la angustia, el sujeto que realiza un acting out aún permanece en la escena, mientras que el pasaje al acto implica su salida total de la escena. El acting out es un mensaje simbólico dirigido
al gran Otro; el pasaje al acto es una huida respecto del Otro, un escape hacia lo real. A ver, en un principio, creí haber visto un “pasaje al acto” colectivo, es decir, que involucraba a muchas personas angustiadas que prefirieron poner en riego su futuro porque ya no daban más o no, simplemente destruir lo que vivimos ahora en el presente porque no encuentra una mejor forma que el voto universal para actuar y dejar en claro su mensaje. Pero como bien dice el psicoanálisis, el pasaje al acto es salir de escena, desaparecer ante el otro, el sujeto deviene objeto. Es un pasaje hacia lo real. La nada. Como aquel que realiza finalmente su suicidio. El apagón.

En cambio, más adelante, noté el mensaje, lo que simboliza este accionar de votar con ansias de destrucción y arrasar con todo. Es un mensaje de descontento, como los adolescentes que se autolaceran sus antebrazos, las muñecas; es lo mismo, quieren que papá y mamá sepan, y de paso también la sociedad, la falta que han cometido hacia ellas. Los argentinos vivimos en una constante adolescencia sin solución de continuidad. Pero es que es así, los argentinos y argentinas son emos, están llorando por la mañana porque su novio/a no les contesta los mensajes de Whatsapp y por la tarde están festejando en las plazas que ¡Argentina Es Campeón! *** Luego vuelven a la realidad y se dan, nos damos cuenta que no hay cerveza ya en la heladera, ni mortadela, ni queso. Y por ahí, en otro “acting out” salimos corriendo al súper chino más cercano junto con otros adolescentes y nos robamos tres cajones de cerveza. Y hago un adendum ad hoc para los que se rasgan las vestiduras con respecto a la siguiente fórmula: la pobreza o la búsqueda de la riqueza conduce hacia lo delictivo para obtener sus objetivos (como si fueran robots), como si fueramos seres totalmente lógicos y enteros, tan cabalmente conscientes de nuestro accionar diario, desde que nos levantamos hasta que nos lleva la reina del sueño; pero no, señor, la delincuencia no es un mecanismo de defensa, antes de ser un lugar de prófito económico es principalmente una elección de vida. Es decir, ante la idea de la muerte o en frente de la desaparición de mi ser ante lo real (la nada) uno elige ser un abyecto, un criminal. No es transgredir, es simplemente ser un muerto antes de que la parca te coseche; ganarle de mano a la muerte mientras estemos vivos. Eso es un delincuente. Un ser que está muerto antes que lo mate Bolsonaro, Bullrich o Bush. Después viene la idea de la política de estado que quiere ajusticiar a los motochorros. Estos pibes son inteligentes y se te hace difícil ser bueno y además inteligente en este mundo antes de que nos invadan los extraterrestres, caiga un asteroide, o nos muramos devorados por la lava de un volcán. Entonces, hay que ser, mejor dijo en criollo, un hijo de puta. Los tomates buenos serán devorados en una ensalada mixta o en una ensalada especial con un montón de aceite de oliva y un poquitín de vinagre de manzana.

(1) Profesor de Inglés/escritor/Contacto: +549387-4628296.

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