Salta / Argentina (Por Fernando Barbarán(1).- En el 172° aniversario de su fallecimiento y en otra efeméride patria, traemos la memoria de José de San Martín y la logia que supo fundar para alcanzar sus deseos de revolución, independencia y plan continental.
El Libertador
San Martín tuvo una vida militar y política muy activa. Definitivamente, desde su regreso a Argentina con el grado de teniente coronel, se puso como meta principal la independencia de las Provincias Unidas del Sur y la ejecución de un plan de emancipación continental que llegó a elaborar y aplicar con su colega Simón Bolívar, donde ambos entendieron que la revolución se iba a lograr eliminando los leales a los realistas en los principales centros urbanos de los virreinatos. La vida política de San Martín, al igual que otros libertadores, estuvo entrelazada con la militar. A medida que iba independizando territorios, era necesario hacerse con poder político para evitar los ataques contrarrevolucionarios de las oligarquías vernáculas. Dirigió el Regimiento de Granaderos a Caballo combatiendo en San Lorenzo (Santa Fe), estuvo a cargo del Ejército del Norte, fue Gobernador de Cuyo desde donde organizó el Ejército de los Andes y el cruce por la cordillera a Chile, llegó a Lima y declaró la independencia del Perú.
Intentó volver a Argentina, pero Bernardino Rivadavia le negó el ingreso a Buenos Aires, argumentando que San Martín se había vuelto un conspirador. Lo cierto es que en el gobierno porteño habían quedado a mando los conservadores que desde un principio dudaron de las posturas revolucionarias de tipos como Manuel Belgrano, José Castelli, Bernardo de Monteagudo, Mariano Moreno, San Martín, Güemes, entre otros. Además comenzaba la pelea interna entre unitarios y federales.
El Libertador se reunió con Simón Bolívar en la ciudad de Guayaquil (Ecuador), le encomendó la tarea de finalizar la liberación latinoamericana y se retiró hacia Europa donde falleció un 17 de agosto de 1850.
Logia Lautaro
Mientras desarrollaba su carrera militar en Europa, San Martín había formado parte de la Logia de los Caballeros Racionales, una organización fundada por el militar Francisco de Miranda, revolucionario venezolano, que luego abriría filiales de esta en Latinoamérica. San Martín entonces funda en 1812, con otros compañeros, la Logia Lautaro. La bautizan así en honor a un cacique mapuche llamado Lautaro que, en el Siglo XVI, se había sublevado contra los españoles. Tanto los Caballeros Racionales como los Lautarianos, estaban influenciados e inspirados por la masonería. La Francmasonería había llegado a Argentina aproximadamente en el Siglo XVIII teniendo un fuerte desarrollo en el país, estando activa hasta el presente, contando con importantes figuras de la historia argentina, vinculados a campos de la ciencia, las artes, la política, entre otros. Hay diversas investigaciones sobre los vínculos de San Martín y la masonería, algunos sostienen que fue por casualidad y otros que fue una parte importante en la vida y en las acciones del Libertador. Sin embargo, esta columna no trata sobre la historia de la Francmasonería y del secretismo que los caracteriza, sino de la herramienta político-militar que fue la Logia Lautaro para la Independencia del país. Entonces, la Logia Lautaro fue una organización que tenía como objetivo la Independencia de Latinoamérica, la creación de un Estado soberano y el establecimiento de un sistema de gobierno republicano, democrático, con base en las ideas de la Revolución Francesa
Esto se realizaba a través de la coordinación de acciones, movilización de recursos y logística. Sus miembros eran referentes en diferentes ámbitos y siendo parte de la Logia Lautaro, facilitaban a través de esta, actividades de agitación política, organización militar (irregular) y difusión de las ideas revolucionarias.
La Logia Lautaro era una especie de área operativa y dirección de actividades clandestinas, propias de cualquier proceso revolucionario y de un movimiento político que no formaba parte del gobierno formal. Si bien estas acciones se realizaban a un nivel estratégico, no dejaban de ser actividades que rozaban lo ilegal, molestando a los poderes reales. Lo que distinguía a los Lautarianos es que entendían que la organización estaba por encima de los intereses personales de cada uno. Y por organización me refiero a sus objetivos, es decir, la Independencia de Latinoamérica. La Logia Lautaro no podía actuar si no era con discrecionalidad y clandestinidad. Muchas de sus acciones hoy podrían haber sido interceptadas por todo el aparato de persecución, espionaje y escuchas ilegales del Estado que, apoyados por leyes como la “antiterrorista”, hubieran ubicado rápidamente a la Logia Lautaro como una “organización peligrosa”. Pero es que eso era. Los Lautarianos estaban buscando romper las cadenas del yugo monárquico y español y no lo hubieran logrado si no lo hacían en base a agitación política, la misma que hoy se mira con tanto recelo. Es curioso pensar que San Martín hoy formaría parte de un partido político que, entre otras cosas, se manifieste en contra de un acuerdo con el FMI. Sin embargo eso era San Martín, pese a quien le pese, un revolucionario convencido que el país podría en algún momento no depender de una nación extranjera para su crecimiento. El San Martín estático en la historia que nos enseñaron en la escuela lo recordamos como un simple general que combatió contra los españoles. No obstante, no cabe duda que hoy en día, el Libertador no hubiera permitido nunca tomar un préstamo con el FMI, mucho menos festejar sus acuerdos de pagos posteriores, no sería un acérrimo defensor de sus patrones y por supuesto que no estaría echándole la culpa a las políticas de seguridad social, sino que estaría combatiendo a las personas que fugaron más de 278 millones de dólares del país y lo siguen haciendo con total impunidad. Hubiera salido a manifestarse y a cortar calles y puentes gritando y haciendo pancartas con la frase: “Seamos libres que lo demás no importa nada”. Quizás hubiera caído en cana, lo hubieran molido a palos y, si se comprobase su origen mestizo, hubiera terminado siendo otra víctima de la represión estatal.
(1) Columnista en La Columna NOA/Columnista en Radio Novgorod/ferbarbaran@hotmail.com