Salta/Argentina ( Por Fernando Barbarán (1).- El 19 de octubre de 1962 nació Álvaro García Linera, vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia durante los tres mandatos de Juan Evo Morales Ayma. García Linera fue el teórico más importante en el proceso de cambio boliviano y uno de los marxistas más alegóricos de la actualidad.
Biografía
Álvaro Marcelo García Linera nació en la ciudad de Cochabamba, Bolivia. Desde su juventud estuvo interesado por las lecturas de Karl Marx y Vladimir Lenin, pero también sobre el rol de los movimientos indígenas en la política boliviana. Con el apoyo de su madre y hermana mayor, viajó a México a estudiar matemáticas. Allí conoció a su primera esposa, la mexicana y socióloga Raquel Gutiérrez, quien militaba en favor de las guerrillas campesinas de El Salvador y Guatemala. Regresaron juntos a Bolivia en 1984 y establecieron contacto con dirigentes campesinos y mineros, desarrollando un fuerte vínculo principalmente con las comunidades aimaras. Con Felipe Quispe y con su hermano, Raúl García Linera, fundaron el Ejército Guerrillero Túpac Katari (EGTK) en 1986, organización que vinculaba a los aimaras y quechuas (como representantes de los pueblos originarios), a jóvenes estudiantes y obreros. Álvaro se encargó de trabajar en las teorías que asociaran la lucha katarista indígena con el marxismo y generar así una nueva praxis de revolución comunitaria. Sus esfuerzos se centraban en articular el EGTK con grupos étnicos y sociales tradicionalmente confrontados en virtud del racismo que imperaba (y todavía existe) en Bolivia. El EGTK instaló un cuartel militar en Omasullos (La Paz) y organizaron comunidades indígenas y campesinas en “Ayllus Rojos” cuya influencia se extendió a Potosí, Sucre y el Chapare.
El 1992 García Linera fue detenido en El Alto (La Paz) junto a otros compañeros (entre ellos su esposa y su hermano) por los servicios secretos del gobierno de Jaime Paz Zamora acusado de insurrección y terrorismo por una causa que nunca pudo ser probada. Fueron incomunicados y sometidos a torturas hasta que aceptaron firmar una declaración que había sido elaborada por los interrogadores militares. Posteriormente fueron enviados a la cárcel de Chonchocoro en La Paz, sin sentencia, durante cinco años. Estando en la prisión, Álvaro aprovechó para estudiar autodidactamente sociología y continuar trabajando en la teoría marxista y su asociación con las luchas de los pueblos originarios. Al no tener una sentencia, es liberado en 1997 y rápidamente retoma su activismo con la idea de crear una estructura política que permitiera avanzar en el objetivo de la toma del poder por un bloque popular. En enero del año 2000 conoció en persona a Evo Morales durante los acontecimientos de la Guerra del Agua en Cochabamba. La segunda vez que se vieron fue en abril cuando estalló la protesta por el alza de tarifas. Más tarde, Evo Morales le invitó a dar una charla ante los sindicatos cocaleros. En las manifestaciones cultivó su amistad con el líder indígena y los cocaleros se convirtieron en objeto de análisis de Álvaro García Linera, quien acudía a las reuniones populares de este sector. También aportó teoría y directrices ideológicas a los miembros del Movimiento Al Socialismo (MAS) y, con la colaboración de su agrupación Comuna, el partido diseñó la propuesta de gobierno con miras a las elecciones presidenciales de diciembre de 2005. Evo Morales le propuso formar parte de su candidatura como vicepresidente y finalmente el MAS ganó las elecciones de Bolivia con el 54% de los votos conseguidos en el año 2005.
Álvaro García Linera ha sido uno de los miembros más activos del gobierno de Evo Morales, en concordancia con su corriente ideológica, el socialismo comunitario y como principal teórico gubernamental, ha delineado gran parte de la estrategia política del Estado Plurinacional de Bolivia. Durante su mandato, desde la vicepresidencia promulgó la reflexión teórica a través de seminarios internacionales organizados bajo el título de “Pensando el mundo desde Bolivia”. También se dedicó a la edición de la Revista La Migraña, donde se tratan tanto temas de actualidad como ideas y teorías. Pudo impulsar además la edición de diversos textos, de su autoría la mayoría, en los que va analizando la actualidad mundial, la realidad boliviana y afianzando su teoría sobre el socialismo comunitario, la revolución boliviana y la vía democrática para llegar al poder.
En cuanto su vida personal, el 8 de septiembre de 2012, Álvaro García Linera se casó con la periodista Claudia Fernández Valdivia. Las celebraciones se realizaron en el sitio arqueológico Tiwanaku, con un rito aymara de por medio, y posteriormente, en una notaría civil dando testimonio frente al Estado Plurinacional de Bolivia. En abril de 2017, nació su primera hija Alba García Fernández.
Teorías sobre el marxismo y el indigenismo latinoamericano
En su libro Forma valor y forma comunidad (1995) Álvaro García Linera busca descentralizar al proletariado como único referente de la lucha política revolucionaria y le otorga las responsabilidades históricas a las comunidades originarias en Bolivia. Por sus lecturas de las obras de Karl Marx, entiende que los obreros no son exclusivamente el sujeto histórico que derrocará el régimen capitalista revolucionariamente, solo por su condición de explotados fabriles, sino que lo harán desde el momento en que toman conciencia política. Álvaro entiende que hay otros sujetos también explotados y excluidos por la lógica capitalista que pueden desarrollar una conciencia histórica y política que les permita abrazar los sueños de libertad, poniéndose como objetivo una sociedad comunista sin clases sociales. A partir de esta tesis, García Linera se enfocará en acercar las herramientas teóricas a los pueblos originarios para que desarrollen su propia autodeterminación, encuentren su fuerza y materialicen las posibilidades abstractas para cambiar el régimen social opresor por uno liberador. Todo esto, haciendo un análisis socio-histórico de los distintos acontecimientos ocurridos en Bolivia que permiten llegar a sus conclusiones sobre cómo alcanzar un socialismo comunitario.
Teorías sobre el Estado
Otro aspecto central en la teoría de Álvaro García Linera son los conceptos de Estado y la transformación socialista del mismo. Con una línea leninista y gramsciana claramente marcada, el ex vicepresidente mantuvo sus preocupaciones sobre cómo el fenómeno estatal fue mutando con el tiempo, según los cambios históricos, como así también, sobre cómo hacer para aprovechar esa coyuntura histórica-política y construir un Estado sin la categorías actuales creadas por las clases dirigentes, pero dirigido por un gobierno de izquierdas, de poder popular. En una primera instancia, Álvaro García Linera interpreta una actualidad bidimensional del Estado, las cuales critica a ambas:
- Por un lado, está el análisis sobre la extinción del Estado. Tantos pensadores han propuesto la anulación de la figura del Estado y hasta el mismísimo neoliberalismo así lo quiere, pero no se produce nunca. Los más defensores de esta idea, aseguran que el proceso de globalización llevará a la extinción del Estado. También, desde una perspectiva conservadora, el papel de los Estados y su ejercicio de soberanía se estarían volviendo irrisorios como consecuencia de la expansión de instancias supranacionales de decisión y fruto de la capacidad de autorregulación que han adquirido los mercados globales. Pero Álvaro García Linera, si bien reconoce la importancia de las fuerzas externas que trascienden los territorios nacionales, rechaza esta lectura ya que muestra que los Estados son actores cruciales del entramado político; señala en este sentido que tanto la instauración del neoliberalismo como las crisis capitalistas se dieron gracias a una fuerte presencia estatal en la dirección de estas políticas, o sino, se encargaron de pagar los costos (económicos y sociales) de la liberalización y financiación de las economías.
- Por otro lado, realiza una crítica a la concepción que sostiene la persistencia del Estado en tanto cohesionadores territoriales, es decir, la discusión de la cultura, el sistema educativo, el régimen de leyes, el régimen de penalidades, cotidianas y fundamentales que arman el espíritu y el hábito cotidiano de las personas, siguen siendo las estructuras del Estado. Pero, que a su vez, rechaza la idea de la pérdida de su soberanía por la injerencia de instancias extraterritoriales. Sin embargo esta visión, defensora de la vigencia del estado como sujeto político territorial, olvida también ciertas decisiones y ciertas instituciones de carácter mundial por encima de los propios Estados: regímenes de derechos, ámbitos de decisión económica, y ámbitos de decisión militar. Incluso varios procesos de legitimación y construcción cultural, en otros países exceden a la propia dinámica de acción de los Estados. Pero varias son llevadas adelante todavía por Estados. Entonces, el Estado no está tan petrificado en solo en sus límites territoriales.
Podemos ver entonces que ni es correcta la lectura sobre la extinsión de los Estados, ni es correcta la lectura petrificada de la vigencia de los Estados. Lo que está claro es que tenemos una dinámica, un movimiento y un proceso. La globalización significa evidentemente un proceso de mutación, no extinción de los procesos de soberanía política. No estamos asistiendo a una extinción de la soberanía, sino a una mutación del significado de la soberanía del Estado. Esto lleva a la definición “garcialinerista” del Estado. Al decir Estado, se está hablando de una serie de elementos diversos, tan objetivos y materiales como las fuerzas armadas, como el sistema educativo; y tan etéreos pero de efecto igualmente material como las creencias, las obediencias, las sumisiones y los símbolos. Entonces Álvaro García Linera define que el Estado es un sistema de instituciones que regulan la vida social y una dimensión ideal que perciben las personas sobre el mismo, pero inmerso en una correlación de fuerzas monopolizada por la clase dominante.
Para verlo en profundidad, propone las siguientes características:
- Dimensión material del Estado: Está compuesto por las instituciones y sus sistemas de gobierno, parlamento, justicia, cultura, educación, comunicación, etcétera. Como así también en las normas, procedimientos y materialidad administrativa. Es lo que Lenin denominaba “la maquinaria del Estado”.
- Dimensión ideal del Estado: Consiste en el régimen de creencias, percepciones, idealidad, criterio, sentido común. Es la parte ideal de la materialidad del Estado.
- Correlaciones de fuerzas: El Estado es relaciones y jerarquías entre personas sobre el uso, mando, conducción, función, usufructo y disposición de los bienes públicos y de esas creencias. Las instituciones y las ideas no surgen de la nada, sino que son producto de correlaciones de fuerza, de luchas, de enfrentamientos, sublevaciones, revoluciones que van modificando las realidades del Estado.
- Monopolio: El Estado es una concentración de la fuerza, de la legislación, de la tributación, del uso de los recursos públicos, entre otras cosas que le son propias al Estado y su gestión históricamente.
El estado como monopolio, como correlación de fuerzas, como idealidad, como materialidad, constituyen las cuatro dimensiones que caracterizan cualquier Estado en la sociedad contemporánea. No obstante, la característica monopólica, tiene a su vez sus propias particularidades. Esta busca concentrar:
- La coerción social.
- La legitimidad de las ideologías.
- Las ideas-fuerza que regulan la cohesión entre gobernantes y gobernados.
- La administración de los recursos públicos y las tributaciones.
El monopolio estatal además está compuesto de tres componentes:
- Correlación de fuerzas entre dos bloques con capacidad de definir y controlar.
- Ideas-fuerza que cohesionan.
Uno puede jugar teóricamente la combinación de cuatro monopolios con tres componentes al interior de cada monopolio. Por ejemplo, el monopolio de la coerción social tiene una dimensión material: fuerzas armadas, policía, cárceles, tribunales; tiene una dimensión ideal: el acatamiento, la obediencia, y el cumplimiento de estos monopolios, que cotidianamente lo ejecutamos los ciudadanos sin necesidad de reflexionarlos sobre la dimensión ideal del monopolio. Pero a la vez este monopolio y su conducción, es fruto de la correlación de fuerzas, de luchas, de guerras pasadas, sublevaciones, levantamientos y golpes, que han dado lugar a la característica de este monopolio. Igualmente con la legitimidad de las ideologías, el monopolio de la legitimidad territorial, tiene una dimensión material (a través de las instituciones), una dimensión ideal y una dimensión de correlación de fuerzas. También el monopolio de los tributos y de los recursos públicos. Y así se puede seguir ejemplificando. Llegamos entonces a un acercamiento más completo al Estado como relación social, como correlación de fuerzas y como relación de dominación. El concepto que nos daba Marx del estado como una máquina de dominación se le agregan entonces los componentes analizados por Álvaro García Linera: materia, idea (símbolos, percepción) y correlación de fuerzas (lucha interna, sublevaciones).
Teorías sobre el socialismo, revolución y transformación del Estado
Álvaro García Linera pasa todo su periodo como vicepresidente del Estado Plurinacional de Bolivia interpretando los hechos y las acciones que llevaban a su partido, el Movimiento al Socialismo, desarrollar poder estatal. En su libro, Las tensiones creativas de la revolución, señala los procesos para la transformación del Estado:
- En primer lugar, señala allí que existe un momento en que se produce el develamiento de la crisis estatal, en el cual se quiebra el consenso del modelo político y simbólico dominante y emerge una fuerza política y social disidente con capacidad de movilización extendida en el territorio.
- En segundo término, habla de una etapa de empate catastrófico, donde no solo se produce el mencionado quiebre, sino que también surge una alternativa de poder con vocación de Estado (no todas las fuerzas tienen intereses de tomar el poder del Estado).
- Como tercer aspecto, menciona la renovación o sustitución radical de elites políticas, cuya particularidad es la de convertir en hechos de gobierno el programa sostenido por el polo alternativo de poder en las dos instancias anteriores.
- En cuarto lugar, habla de la construcción, reconversión o restitución conflictiva de un bloque de poder desde o a partir del Estado.
- Finalmente, se refiere al concepto de punto de bifurcación, donde se presentan los mayores conflictos para los movimientos, las ciencias y filosofías políticas. Álvaro García Linera dice que en este punto existe un momento en el cual las fuerzas del viejo orden demuestran cierto vigor para cuestionar el proceso, y por lo tanto, se presenta la tensión entre ralentizar los cambios para distenderlas o profundizarlos para derrotarlas y aplacar sus fuerzas. Se presenta la necesidad de definir un nuevo equilibro, un nuevo orden político-institucional, dado que ninguna sociedad puede vivir perpetuamente en un estado de lucha generalizada y antagonizada por el poder. A la constitución de ese nuevo orden estable, que garantice la certidumbre sobre las estructuras de mando y conducción política, el teórico boliviano lo denomina punto de bifurcación. Es el momento donde se pone en juego la fuerza, el momento jacobino del proceso en el que se dirimen las relaciones de fuerza entre los dos proyectos de sociedad que se encuentran en pugna.
Posteriormente, Álvaro García Linera, dice que una vez superado el punto de bifurcación, se entra a una nueva fase conceptualizada como tensiones creativas de la revolución. Sin embargo, sus esfuerzos teóricos fueron determinados por la necesidad de establecer que el socialismo es un largo proceso que consiste en la transformación radical de la correlación de fuerzas entre las clases anteriormente subalternas, que ha de materializarse en distintos nodos institucionales del Estado. Significa continuas transformaciones en las formas organizativas de las clases trabajadoras, en su capacidad asociativa y de participación directa y, por sobre todo, en lo que ya hemos denominado como la dimensión ideal del Estado, es decir, en las ideas-fuerza de la sociedad, en el conjunto de esquemas morales y lógicos con los que la gente organiza su vida cotidiana. De hecho, esta dimensión ideal del Estado es la más importante a transformar, ya que los elementos materiales del Estado (instituciones) son eficaces solamente si preservan la legitimidad de su monopolio; es decir, si existe una creencia socialmente compartida acerca de su pertenencia y necesidad práctica.
Para Álvaro García Linera, la construcción de un poder socialista, se hace con la combinación de la hegemonía política propuesta por Antonio Gramsci, la de convencer, y la de Vladimir Lenin, la de derrotar.
“El horizonte general de la época es comunista. Y ese comunismo se tendrá que construir a partir de capacidades auto-organizativas de la sociedad, de procesos de generación y distribución de riqueza comunitaria, autogestionaria. Pero en este momento está claro que no es un horizonte inmediato, el cual se centra en conquista de igualdad, redistribución de riqueza, ampliación de derechos. La igualdad es fundamental porque quiebra una cadena de cinco siglos de desigualdad estructural, ese es el objetivo de la época, hasta dónde puede llegar la fuerza social, no porque lo prescribamos así sino porque lo vemos. Más bien, entramos a ver al movimiento con ojos expectantes y deseosos del horizonte comunista. Pero fuimos serios y objetivos, en el sentido social del término, al señalar los límites del movimiento (…) Entonces, ¿dónde queda el comunismo? ¿Qué puede hacerse desde el Estado en función de ese horizonte comunista? Apoyar lo más que se pueda el despliegue de las capacidades organizativas autónomas de la sociedad. Hasta ahí llega la posibilidad de lo que puede hacer un Estado de izquierda, un Estado revolucionario” Álvaro García Linera.
(1) Columnista en La Columna NOA/Columnista en Radio Novgorod/Contacto: ferbarbaran@hotmail.com/+5493875206852.