Salta/Argentina (Daiana Givkoff (1).- Un suceso muy común en la vida de las personas son los ataques de pánico nocturnos o comúnmente llamado “las angustias nocturnas”, se padecen intensamente, son dolorosas y nos provocan dificultad a la hora de dormir, lo que a su vez deriva en falta de energía durante el día. No dormir de forma adecuada puede afectar a nuestra estabilidad emocional, convirtiendo esto en un círculo. Es importante que sepamos reconocer cuando estamos sufriendo una angustia nocturna, ya que este será el primer paso para lograr superar estas crisis. Cuando una persona sufre un ataque de ansiedad nocturno, uno de los síntomas que experimenta es un despertar repentino con una intensa sensación de miedo o terror. opresión en el pecho, pensamientos depresivos (miedo a morir, sentimiento de culpabilidad, baja autoestima) Sentimientos de irrealidad, extrañamiento en relación con el propio entorno. Esto viene acompañado con la imposibilidad de desviar la atención del pensamiento que produce malestar. Existe una gran cantidad de motivos que pueden ocasionar ansiedad nocturna, no hay una causa definida. Cualquier situación de estrés como la presión en el trabajo, preocupaciones como dificultades económicas o problemas con tu pareja, o miedos como perder el empleo, pueden derivar en este trastorno. Aún que los episodios duran pocos minutos, puede llevar un tiempo calmarse y conciliar nuevamente el sueño. Estas crisis deben consultarse con un especialista de la salud mental, porque, aunque no revistan de gravedad, con el tiempo pueden generar problemas más graves. No obstante, a continuación, te dejaré algunos tips que te ayudaran a facilitar el proceso de recuperación.
Ejercita a diario; Si realizas al menos 30 minutos de actividad física cada día será muy beneficioso para tu salud física y mental. Durante el ejercicio liberamos serotonina y endorfinas, por lo que no sólo llegaras más cansado a la hora de dormir, sino que te hará sentir mejor y te ayudará a liberar el estrés.
Evitar comer de forma abundante antes de irte a dormir: Cenar de forma ligera evitando las grasas y la cafeína, los quesos y embutidos ahumados que son alimentos que favorecen la producción de adrenalina y el alcohol que induce a un sueño muy fragmentado y de poca calidad.
Establece un horario constante: Fijate un horario para dormir y trata de respetarlo, el insomnio y la ansiedad pueden aparecer también por no tener un horario definido.
Evita los aparatos electrónicos: Al menos 30 minutos antes de dormir evita cualquier dispositivo electrónico. Está científicamente demostrado que el uso de estos aparatos estimula la mente y dificultan el sueño.
Establece una rutina de sueño: Una rutina facial, un baño caliente, leer un libro interesante o escuchar música tranquila pueden ser algunas acciones que paulatinamente te ayuden a conciliar el sueño.
Utiliza algunas técnicas de relajación antes de dormir, puedes realizar respiraciones profundas que te hagan focalizar toda tu atención en tu respiración y de esta forma evitar cualquier estímulo o pensamiento que te pueda poner nervioso.
(1) Artista plástica y estudiante de psicología.