Buenos Aires / Argentina – El acto en el que la vicepresidenta, @CFKArgentina rindió homenaje a la memoria del 20° aniversario de la asunción presidencial de Néstor Kirchner, remarcó a las y los argentinos la importancia de volver a renovar el pacto con la Democracia, que fue establecido en el país después del último golpe cívico militar en el país.
En su alocución, la vicepresidenta recordó cuando en la misma Plaza de Mayo el entonces presidente electo Raúl Alfonsín afirmó que era “la vida y la paz”. “Hay que volver a renovar ese pacto. Cuando escucho y dicen ‘hay que acabar con el peronismo o kirchnerismo’… por favor… Si con ganarle alcanza. ¿Por qué tenemos que llegar al extermino del otro? y se los digo como parte de una generación que finalmente fue devorada en la vorágine de la violencia política, con hijos y familiares que no tienen el derecho de ir a llorar a sus seres queridos a una tumba. En nombre de todos ellos no puede haber un argentino de bien que no se oponga a esas prácticas horrorosas”, manifestó la ex mandataria en su discurso.
En otro orden de cosas, Cristina Fernández también se refirió a la necesidad de establecer una alianza entre el capital público y privado, para dar respuesta a las principales problemáticas en el país. Recordó la crisis de los años 2008 y 2009 y señaló que la sequía son cuestiones redundantes en el país y que estos hechos impactan inevitablemente en la economía de la Argentina. “Necesitamos los argentinos y las argentinas poder articular algo diferente. No podemos seguir atados a una economía primarizada. No podemos seguir atados a los precios internacionales o a que llueva o salga el sol. Necesitamos dar un salto cualitativo, una alianza entre lo público y lo privado para generar valor, para incorporar tecnologías”, señaló.Entre otros aspectos, la vicepresidenta también se refirió al avance de la Corte Suprema sobre candidatos oficialistas en las provincias, como lo fue el caso de Tucumán y San Juan. En este punto Fernández se mostró muy crítica con los magistrados y los calificó como un “mamarracho indigno”.